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Epilepsia / convulsiones en perros y gatos

¿Qué es una CONVULSIÓN en perros y gatos?

Es un síntoma transitorio provocado por descargas eléctricas anormales y excesivas en el cerebro; hay contracción, distensión  y temblores en los músculos de manera brusca y generalmente violenta.


¿Cuáles son sus causas?
  • Ingestión de sustancias tóxicas o exposición a éstas (ej.: garrapaticidas).
  • Trastornos metabólicos.
  • Problemas neurológicos (ej.: epilepsia).
  • Enfermedades infecciosas (ej.: moquillo, tétanos)
  • Edema y hemorragia cerebral.
  • Tumores cerebrales.
  • Proceso febril intenso.
  • Golpe de calor.
  • Daño hepático (encefalopatía hepática).
  • Daño cardíaco.
  • Diabetes.
  • Traumas y golpes.


¿Y entonces, la EPILEPSIA en perros y gatos, qué es?

La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en perros y gatos. La epilepsia idiopática o de causa desconocida, es la más frecuente. La llamada epilepsia “verdadera” es aquella de tipo hereditario presente en ciertas razas caninas (Pastor Alemán,  San Bernardo,  Beagle,  Setter Irlandés, Poodle, Caniche), también se desconoce la causa que la origina. 


Diferencia entre “epilepsia” y “convulsión”

La epilepsia provoca convulsiones, pero no todas las convulsiones son el resultado
de la epilepsia. Ambas enfermedades se caracterizan por la interrupción en la actividad cerebral, pero la epilepsia es una enfermedad en la que las convulsiones son espontáneas y recurrentes.





¿A qué edad se puede presentar la epilepsia?

Los ataques se pueden presentar a cualquier edad. Sin embargo, la epilepsia “verdadera” o hereditaria se presenta a partir de los 2 años de edad.


¿Qué es el status epilecticus?

El status epilecticus es una crisis epiléptica única o repetida que dura un tiempo suficiente para producir un daño neurológico a nivel cerebral, por lo que constituye una emergencia clínica. Estas crisis pueden llegar a persistir por más de 30 minutos o suceder 2 o más crisis repetidas sin que el animal recupere la conciencia entre ellas. En este caso, el tratamiento médico es urgente y no puede esperar.


Fases del ataque epiléptico



¿Cómo reconocer cada fase?




El animal sufre cambios en su comportamiento, puede estar apático, depresivo, irritable, miedoso, orina frecuentemente, está siempre atento y pueden ladrar de manera excesiva. No hay anormalidad en el electroencefalograma.
Duración: Desde horas hasta días.




Es el verdadero inicio de una convulsión. Existe la sensación de un ataque antes de que sean visibles los signos clínicos. El animal puede lamerse intensamente los labios, tener contracciones de grupos musculares, manifestar nerviosismo, salivación, buscar con insistencia la atención del propietario o tener tendencia a esconderse. 
Duración: Desde varios segundos o minutos hasta diversas horas, o pasar inadvertida.




Es la convulsión en sí misma. Podemos ver tres formas diferentes.
PRIMERO: Si la convulsión es leve puede haber un tin nervioso de la cabeza, algunos de los miembros, boca, marcha irregular. Si la convulsión es grave el perro cae derribado sobre un costado, hay contracciones y movimientos involuntarios de los músculos. Hay movimientos de pedaleo de las extremidades así como alteraciones del estado mental del animal y trastornos psíquicos. El perro produce mucha saliva y se puede orinar y defecar. El animal pierde la conciencia.
SEGUNDO: Por el contrario puede darse el ataque de manera depresiva donde el animal cae en un sueño ligero y profundo que puede durar horas.
TERCERO: Según el área afectada del cerebro. Si es afectada el área sensorial, puede manifestarse como un ataque de prurito intenso en alguna parte del cuerpo llegando a automutilarse, como sucede en pacientes que sufren Distemper y que dejará como secuela este tipo de lesión.
Duración: La convulsión puede durar alrededor de 30 segundos hasta 1 o 2 minutos.


¿Qué debe hacer usted como propietario?

Colocar al animal en un lugar tranquilo pero ventilado y mantener la calma.
Retirar los objetos con los cuales pudiese el animal lastimarse.
Evitar el exceso de luz, los ruidos, el exceso de personas, presencia de otros animales y otras situaciones estresantes para el animal.
NO introducir la mano en la boca del animal, no es necesario sujetarle la lengua como en el humano. Esto evitará que Ud. sea mordido pues el perro no es consciente de lo que hace durante la convulsión. 
No brindar agua ni alimento antes, durante o poco después de pasada la convulsión.
De ser posible grabar el ataque pues permite al veterinario orientar mejor su diagnóstico.
Una vez pasada la convulsión y que el animal se encuentre consiente deberá acudir inmediatamente a su veterinario, evitando darle golpes durante el viaje.







Se caracteriza por un período de confusión, desorientación, excesiva salivación, inquietud, falta de respuesta a los estímulos y en algunos casos ceguera. A diferencia de algunas razas como el Alaskan Malamute, Samoyedo y Husky Siberiano se han descrito mucha excitación en esta fase.
Duración: Esta fase puede dura desde segundos hasta minutos u horas.





Respecto al tratamiento


Se debe lograr una perfecta armonía entre el propietario del animal y su veterinario. El propietario debe aportar la mayor cantidad de información posible para que así el veterinario pueda entonces encaminar mejor el diagnóstico y determinar las posibles causas que originaron la enfermedad.
El tratamiento en muchos casos es paliativo, o sea, no va dirigido a eliminar los episodios convulsivos ya que no es posible en muchos casos, sino que su objetivo será evitar en el mayor tiempo posible la recurrencia de las convulsiones así como su intensidad y duración. 
Como todas las drogas anticonvulsivas producen debilidad y depresión en el animal,  por lo general  se prescriben solo cuando se presenta más de un ataque en un período de 6-8 semanas y ya se hayan desechado otras patologías (tumores, infecciones, trastornos circulatorios, etc.). Estas drogas solo podrán ser indicadas por su veterinario y solo éste podrá variar el tipo de droga, las dosis e intervalos de administración.
Se recomendará a los propietarios de animales que padecen epilepsia que eviten las fuentes de tensión como concursos de belleza o exposiciones y sesiones de apareamiento. Se ha detectado que también estos episodios pueden iniciar por efecto hormonal en las hembras por lo que se recomienda esterilizar tanto a machos como a hembras.


Perspectivas familiares

A diferencia del adulto, para un niño puede llegar a ser terrible la experiencia de un ataque epiléptico de la mascota familiar. Afortunadamente, muchos ataques son nocturnos o pueden pasar desapercibidos por los jóvenes de la familia. Sin embargo, en caso de presentarse y haber niños alrededor, sugerimos distraerlos y evitar a como dé lugar su presencia en el lugar. En caso de que el niño tenga 3 - 4 años de edad, sería muy conveniente tratar de explicarle el padecimiento de la mascota para que esté prevenido en caso de que le toque ser testigo de uno de los ataques. Explicarle que los ataques se pueden volver a presentar sería muy cómodo y alentador para el niño, pues ellos llegan a comprender la enfermedad que padece su mascota. Es necesario explicarle al niño que su animalito está en tratamiento permanente para controlarle en lo posible los ataques y que estos episodios duran poco en relación al tiempo que el animal se encuentra sin ellos.



RESUMEN

Cualquier convulsión continua que dura más de 3 minutos (estimación del tiempo necesario para causar daño cerebral) o convulsiones discretas sin recuperación total de la conciencia entre convulsión y convulsión. Estos casos son urgencias neurológicas.

Cuando se habla de convulsión de inmediato imaginamos un paciente con pérdida de conciencia, salivación, sacudidas musculares e hiperexitación, sin embargo en ocasiones los pacientes sufren crisis y no manifiestan estos signos; tan solo vagos cambios de conducta, movimientos involuntarios o signos como taquicardia, midriasis, vómito o micción, pueden ser las únicas manifestaciones de dichas crisis cerebrales, dependiendo el sitio anatómico de donde se generan.

Actualmente los protocolos diagnósticos y terapéuticos han tenido grandes avances gracias a la generación de técnicas complementarias como la electroencefalografía, la tomografía y la resonancia magnética; permitiendo conocer y entender más a fondo las etiologías de la epilepsia canina y felina.

La epilepsia constituye del 10 al 20% de los casos neurológicos en medicina veterinaria.

La epilepsia es una alteración encefálica crónica que se caracteriza por ataques súbitos, transitorios y recurrentes; ataques, crisis o convulsiones son términos que describen las manifestaciones de una función encefálica anormal y que tien tratamiento bajo la atención y monitoreo veterinario.




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